Octavo día de novena al Niño Dios
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que reprobada y despreciada de los hombres, vino a ser piedra angular
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que reprobada y despreciada de los hombres, vino a ser piedra angular
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que reprobada y despreciada de los hombres, vino a ser piedra angular
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que reprobada y despreciada de los hombres, vino a ser piedra angular
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que reprobada y despreciada de los hombres, vino a ser piedra angular
En un momento de silencio presentemos al Niño Jesús nuestras intenciones. Suavísimo Jesús mío, paz y pacificador del universo que siento
Dulcísimo Niño mío, piedra preciosa y fundamental de la Santa Iglesia, que reprobada y despreciada de los hombres, vino a ser piedra angular
Oh Dios misericordioso! Que para redimir al hombre determinaste hacerte hombre en el vientre purísimo de María. Por tan extraordinario